(En menos de 5″ adivine usted, si puede, qué letra detesto más que ninguna otra):
Horacio era un huésped horrendo a cualquier hora. Era huraño hosco e hirsuto, con humor de hez y la humanidad propia del horno de un holocausto. Su único hermano, Hilario, un honrado horticultor, había deseado hacerle comer humus de herbicida, que le hinchase el hígado como una hogaza, pero no lo había hecho, porque eso hubiese sido un homicidio hepático y él era un hombre honorable.
Anuncios
Responder