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Hay quien puede pensar que escribí la entrada «Ofidio de escritor» para cazar alumnos a distancia. Y lo cierto es que no imparto clases en la Red. Ya que estoy convencido de que deben ser presenciales; y no por una cuestión tradicionalista o romántica, sino porque en el aula física se dan sinergias instantáneas entre los alumnos, que resultan imposibles mediante una cámara, o con el trasiego de mensajes.
Lo que significa que, por mi experiencia como alumno y profesor, sé bien que entre los asistentes también se dan lecciones entre sí. Incluso me las dan mí; que nunca he sido de los que creen saberlo todo. De hecho, cuando un alumno me enseña algo sobre escritura, o sobre cómo dar la clase, se lo digo delante del resto, en tono y modo de alabanza. No me causa inseguridad hacerlo y veo que a ellos tampoco. Soy profesor de escritura porque se lo demuestro en cada clase.
Por eso mismo, aunque a veces recibo un email de algún interesado, con una batería de preguntas sobre el tema, mi respuesta siempre es la misma: Si estás en Madrid, asiste a mi clase para ver si te interesa, pero no te voy a impartir lecciones virtuales; porque supondrían un subproducto de lo que hago, del que no me puedo hacer responsable.
Aunque es cierto que en mi curso hay una parte virtual, que incluí hace unos años porque me lo pidieron los alumnos, para que pudieran completar las correcciones que les hacía en clase, mi curso es presencial. Y eso es, precisamente, uno de los valores que tiene; porque los alumnos me ven resolver todo lo que les planteo. Ya que no pertenezco a esa escuela en la que te dicen lo que debes hacer, pero nunca verás un ejemplo práctico en directo. Y si un profesor no te puede aportar una resolución en vivo, no considero que sea bueno (esto es sólo mi opinión como alumno, claro).
Bien, lo que se me ha ocurrido, a raíz de los mensajes que recibí en la otra entrada (y no sólo los que quedaron en la caja de comentarios, ya que también hubo algún que otro correo) es que si hay algún suscriptor interesado en escribir mejor; aunque no tenga pretensiones literarias, puede enviarme uno de sus textos para que lo analice. No voy a cobrarle y su único pago será la exposición de dicho texto. Ya que, si esa persona no quiere, nadie tiene que saber quién es el autor.
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¿Cuál sería el procedimiento? Si eres suscriptor, puedes enviarme un mensaje con un texto, sea microrrelato o microcuento (siempre en prosa, nunca poesía), no superior a ciento cincuenta palabras; porque no hay mucho espacio. El texto tiene que ser tuyo. Lo analizo y hago una entrada en la que todos pueden ver cómo lo trabajo para que gane precisión, sincronía…
Una advertencia: ruego que se abstenga todo el que piense que soy un matarife que va a rajar el texto para humillar al autor. El único requisito que pido como remuneración por mi tiempo y conocimientos, aparte de que se trate de un suscriptor, es que el autor tenga claro que cualquier trabajo mecánico supone cambiar unas piezas por otras. Siempre en busca del mejor funcionamiento del motor narrativo. Nada más.
Podéis usar mi dirección de correo, o, si a alguno no le importa que se conozca la autoría, la misma caja de comentarios de esta entrada. Si alguien tiene dudas sobre el formato, puede ver algún ejemplo de cómo trabajo lecciones con el texto de otro autor: aquí, o acá.
No dejéis que la imagen, un tanto lóbrega, os acojone… Venga, a ver esas ganas de aprender…
un post un tanto ingenuo por tu parte, querido. La gente solo quiere que los demás le digan lo bonito que es su jardincito y nada más. El otro día te contestaron porque escuece cuando lo lees, pero la gente prefiere el acuerdo de todos acordamos que somos muy buenos y muy guapos y sólo nos tiramos florecillas. Da asco, pero es lo que hay, protro.
Bueno, es posible que tengas razón, reina mora, pero las respuestas que tuvo la entrada me dieron la idea de que puede que haya gente que quiere mejorar; sin la vocación de ser escritor. Si no es así, pues sigo a lo mío y ya está. Se trata de una opción, no de una obligación. De hecho, yo sé que falta valor en la Red y eso supone otro motivo por el que no doy clases virtuales.
Por otra parte, esta iniciativa también es una forma de darle interacción y otro valor más a este espacio. Después de todo, siempre he mantenido esta postura desde el inicio de esta página. Aun cuando me supuso algunas enemistades, entre ésos que sienten tan agredidos. Ya sabes…
Me parece una estupenda idea, Carlos.
En la otra entrada ya hemos hablado de esto, el aprender siempre es bueno y tú nos brindas esa posibilidad.
Gracias, gracias siempre por tu interés en que sepamos más.
Un abrazo y estaré pendiente después del verano.🌷
Me alegra, pero no creo que participe nadie.
Ellos se lo pierden.
qué maja eres